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6 ventajas de una válvula de control hidráulico de plástico frente a una de metal

Riego

Tradicionalmente, la mayoría de los componentes de riego, como tuberías, emisores, filtros, caudalímetros y válvulas de control, se han fabricado de metal. Sin embargo, con el paso de los años, la tendencia ha sido cada vez más hacia el uso de plástico.

¿Por qué un diseñador de sistemas de riego elegiría una válvula hidráulica de control de polímero industrial en lugar de componentes metálicos comprobados? ¿Es simplemente una cuestión de reducir costos, o hay algo más detrás de esta decisión?

¿Por qué especificar una válvula hidráulica de control de riego de plástico?

Analicemos las principales razones por las que tantos diseñadores están eligiendo el plástico frente al metal como material de construcción para las válvulas de control de riego.

  1. Resistencia química: Una de las mayores ventajas de los componentes de polímero (plástico) es que normalmente no se corroen cuando se exponen a agua salina o ácida. Esto es especialmente importante en sistemas de riego que aplican frecuentemente fertirrigación y quimigación a través del agua o utilizan fuentes alternativas de agua para el riego. Los metales estándar como el hierro gris o dúctil eventualmente se corroen bajo condiciones ácidas. En cambio, una válvula de control de riego plástica es prácticamente impermeable a la corrosión química. Los plásticos pueden tolerar pH alto, pH bajo y todo lo intermedio, y la mayoría se consideran químicamente inertes.

  1. Impacto ambiental: A veces se asume que un material natural como el hierro es siempre una mejor opción ambiental frente al plástico. Sin embargo, al analizar el impacto de una válvula de control hidráulico metálica frente a una de plástico, puede sorprenderte el resultado. La fabricación de válvulas metálicas requiere fundiciones de metal y una planta de tintes, lo que implica instalaciones a gran escala, con temperaturas y consumo de energía muy elevados, además de emisiones de gases tóxicos, cenizas y productos químicos. La fabricación de válvulas plásticas consume temperaturas mucho más bajas, lo que se traduce en una energía incorporada y un potencial de calentamiento global significativamente menores.
  2. Resistencia a la cavitación: La cavitación está asociada a una alta velocidad de flujo y a una presión diferencial que provoca la formación de burbujas de vapor en el agua, las cuales generan chorros de choque al colapsar. Estos chorros pueden causar picaduras en las superficies interiores metálicas. En cambio, la superficie interior de una válvula de control hidráulica de plástico absorbe mejor los chorros y las vibraciones. Las válvulas de plástico no solo son más resistentes a la cavitación, sino que además son más lisas desde el principio. Esto genera un alto coeficiente de caudal y una tasa de flujo superior, especialmente con el paso del tiempo.
  3. Eficiencia de costos: En lo que respecta al costo, el plástico es sin duda el material preferido. El plástico cuesta menos que el metal tanto en materia prima como en el proceso de fabricación. Además, al ser mucho más ligero que el metal, el plástico también cuesta menos de transportar.
  4. Facilidad de instalación y mantenimiento: Las válvulas de plástico son más ligeras y fáciles de manipular durante la instalación. Debido a su superficie interior lisa, resistencia a la cavitación y ausencia de corrosión, son menos propensas que las válvulas metálicas a la acumulación de cal y sedimentos, y normalmente no requieren mantenimiento.
  5. Equidad social: Las fundiciones de metal requieren una gran inversión en infraestructura y capital, además de trabajadores explotados. La inversión mínima necesaria para introducir la manufactura de plásticos la convierte en una industria viable para los países en desarrollo y puede ser una industria clave para la creación de riqueza en estas zonas.

La evolución de los plásticos en el riego

Los componentes plásticos para riego comenzaron a aparecer en el mercado en la década de 1960. Las válvulas plásticas se sumaron a finales de los años 90. Como suele ocurrir con las tecnologías emergentes, los primeros modelos aún no estaban perfeccionados y el metal siguió siendo el material preferido para las válvulas de riego durante muchos años después de la introducción de las válvulas plásticas.

La tecnología de plásticos ha avanzado mucho desde entonces. La incorporación de plastificantes y otros avances han contribuido a aumentar la durabilidad bajo condiciones exigentes como la temperatura en campo, el esfuerzo y otros factores.

Otra innovación que ha mejorado significativamente la durabilidad y confiabilidad de las piezas plásticas es la adición de materiales de refuerzo como las fibras de vidrio. Los compuestos de Nylon reforzado, como los utilizados en la nueva IR-105 4”L/6”R de BERMAD y en todas las válvulas hidráulicas de control plásticas de Bermad, son considerablemente más resistentes que el Nylon de uso general, además de ser mucho más rígidos y dimensionalmente estables. Materiales como este ofrecen durabilidad y confiabilidad comparables o incluso superiores a las del metal, además de la rentabilidad y otras ventajas que solo se pueden obtener con el plástico. No es de extrañar que el plástico se esté convirtiendo rápidamente en el material preferido en la industria del riego.

Válvula Hidráulica de Control

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